Meditacion del P. General para Mayo de 2007

Meditación misionera mayo de 2007

La Fe y la Justicia Social

“Deberían crearse garantías y condiciones de comercio favorables para los países pobres, incluyendo, sobre todo, un amplio e incondicional acceso a los mercados.”

“Se debería disponer rápidamente, de una total e incondicional condonación de la deuda externa de los países pobres altamente endeudados y menos desarrollados.”

Tales frases son típicas de algunas Organizaciones no Gubernamentales (ONG) y grupos de acción. Estamos acostumbrándonos, y con el tiempo es posible que las percibamos, incluso como un poco exageradas, hechas con el fin de llamar la atención. No obstante, recientemente fui profundamente golpeado, no por el contenido de estas citas, sino por el hecho de encontrarlas en una carta de Benedicto XVI a Ángela Merkel, Canciller alemana y actual Presidente de la Unión Europea, con ocasión de la cumbre del G8 de junio. El Papa le solicita también poner al África “en la primera fila del orden del día político internacional.”

¿Será que, por afirmaciones de este tipo, el comportamiento de la Iglesia puede asimilarse al de otra ONG? ¿Es que se mezcla indebidamente en actividades políticas y sociales? ¡Alguien podría también decir que el Papa se pronuncia por la izquierda en el panorama político! No es la primera vez que se hacen tales llamados, escritos por su mano o por la de sus antecesores. ¿Dónde esperaríamos encontrar la siguiente declaración?

“Menos de la mitad de las inmensas sumas globalmente destinadas a armamentos sería más que suficiente para que el inmenso ejército de los pobres fuera sustraído de la indigencia... La conciencia humana es interpelada. Para los pueblos que viven bajo el umbral de pobreza, es más debido a situaciones, que dependen de las relaciones internacionales políticas, comerciales y culturales, que debido a circunstancias incontroladas; nuestro común compromiso con la verdad puede y debe dar nuevas esperanzas”.

Esta es una cita extraída de la Exhortación post sinodal “Sacramentum Caritatis” sobre la Eucaristía.

Una vez más, debemos tomar conciencia que la fe está en relación con el mundo que la rodea. No es un asunto privado, individual. Alguien podría objetar que la oración tiene una dimensión íntima y mística. Por otra parte, misticismo literalmente significa “cerrar los ojos de alguien”. Eugenio de Mazenod habla de este tipo de experiencias íntimas en sus escritos, especialmente ante la Eucaristía o durante las celebraciones, por ejemplo cuando menciona las lágrimas derramadas un Viernes santo de hace 200 años. Pero la oración y la liturgia no se limitan a eso; al contrario, estas abren en gran parte las puertas de nuestro corazón, de nuestras casas, ¿por qué no de nuestros mercados? “un incondicional acceso a los mercados, debería crearse y ser garantizado”, se dice más arriba.

Sacramentum Caritatis define claramente la conexión entre la Eucaristía y el mundo, cuando retoma las palabras de Jesús: “Denle ustedes mismos de comer” (Mt 14, 16). Cada uno nosotros con Jesús debe seguramente ser pan hecho pedazos para la vida del mundo. “Dirijo pues una llamada a todos los fieles para que sean realmente artesanos de la paz y la justicia: el que participa en la Eucaristía debe en efecto comprometerse a construir la paz en nuestro mundo caracterizado por muchas violencias y guerras, y hoy de manera especial, por el terrorismo, la corrupción económica y la explotación sexual”.

Puesto que en esta reflexión del mes ya utilicé numerosas citas, termino con otra, esta vez la del p. Gabriel Nissim, O.P., que trabaja en el Concejo Europeo para los Derechos Humanos, de Estrasburgo. Recientemente lo escuché a una conferencia dada en Roma, donde nos invitó a reflexionar sobre esto:

“A menudo, hoy escuchamos decir a la gente que aun cuando los derechos humanos por supuesto deben defenderse y la preocupación por la justicia y la paz no deben descuidarse, finalmente nuestra misión específica como Cristianos es la responsabilidad de evangelizar. Y ello, en el sentido de nuestra conversación, sería un error de perspectiva. Evangelizar, no es sino anunciar a Cristo. Es justo sobre todo seguir a Cristo. Es anunciar la buena noticia como el propio Cristo lo hizo. ¿En qué y cómo el servicio de la dignidad humana es una parte integral de la consecuencia de Cristo, la misión y la evangelización? ¿Estaría solamente en el anuncio a los hombres y a las mujeres quienes son Hijos de Dios? ¿Es posible hacer tal anuncio, sin dar prueba con hechos de lo que ésta calidad de hijos de Dios implica, en términos de respeto de la dignidad de cada uno y de todos? ... Si el objetivo de Dios es que la dignidad de sus criaturas y el respeto de sus hijos estén defendidos y promovidos con todos los medios, es nuestra tarea entonces la de anunciarla con la misma actitud en consideración suya”.Página web de los OMI

Comentarios