El Padre Dios acoge al Hijo


Nosotros mismos vivimos momentos semejantes, cuando nos acercamos a la confesion. El sacerdote acoge al penitente, lo mismo que el padre Dios acoge al Hijo. El hijo llega despues de haber vivido el desprecio, el inhumano trato , el escarnecimiento de sus miembros mediante la flagelacion y la pasion. El Padre Dios le esta esperando, lo mismo que refleja la parábola del Hijo prodigo, le colma de bendiciones, le prepara un bonito recibimiento, le acoge, le perdona, le consuela. ¿No es es esto precisamente lo que acontece en el sacramento de la reconciliacion, o penitencia?. El penitente llega al sacramento dolorido, molesto por haber ofendido a un Dios tan bueno, arrepentido de su vida pasada alejado de la casa del Padre. Como el hijo de la parabola del Hijo prodigo, siente que se ha ido poco a poco de la casa y siente que ha pecado, que no es digno de ser considerado como un hijo, sino que siente que tiene menos importancia a los ojos del padre al que h traicionado viviendo alejado de el, gastanto todo lo que tenia en algo que le ha dejado mas vacio.


El correr detras de un señuelo, lo unico que deja en nuestra boca y en nuestro corazón un vacio, un dolor. El mismo que experimenta el galgo cuando corre detrás de una liebre de trapo o mejor dicho de metal. Cuando llega a conseguirla se da cuenta de que no hay mas que sequedad, engaño, oprobio.


Pues bien, es lo que experimenta el penitente que ahora regresa arrepentido, vuelve a la casa del padre y se siente perdonado.
El hijo regresa al Padre, "Padre mio y padre vuestro". Se ha sentido bien recibido, y a la vez que va al padre, queda con sus hijos, aqui en este mundo . Estaré con vosotros todos los días de vuestra vida.
Ya solo nos falta señalar, aunque muy rápidamente otro aspecto fundamental de la resurreccion del Señor. Lo que tiene de salvación para el resto de la humanidad. Porque la Resurreccion de Cristo no termina en el. S. Pablo presenta este triunfo como un primicia, puesto que por un hombre ha venido la resurreccion de los muertos en Cristo serán llevados todos los hombres a esa vida con mayúscula que el mismo inauguró.


La resurreccion de jesús no solo representa las demás resurrecciones, sino que las precede, las inaugura. El es el primogénito de los resucitados y esto en el sentido literal hebreo, la lenguna en la que el primogenito es el que abre el seno.


Si no hay resurreccion de los muertos tampoco Cristo ha resucitado. Este modo de argumentar es un tanto extraño. pero ahora lo entendemos: Pablo no argumenta desde la filosofía, sino a partir de la relacion entre Cristo y nosotros, los llamados a resucitar con el . La relacion entre primicia y cosecha. Si no hay cosecha no puede haber habido primicias, y si hay primicias es indicio de que ha habido cosecha.

Jesus realiza en su resurreccion la nueva humanidad. La realiza y la inicia., porque sigue resucitando en cada hombre que al incorporarse a esa resurreccion entra a formar parte de la humanidad nueva que vencerá a la muerte definitivamente.


Por ello la resurreccion de Cristo es el centro vivo de nuestra fe, de modo que Pablo puede exclamar, que si Cristo no ha resucitado (como afirman algunos, )nuestra fe es vacia, es vana.


Hablar de su triunfo sobre la muerte es hablar de nuestra propia resurreccion y por tanto de nuestro propio triunfo. Es dar respuesta al tremendo problema del sentido de la vida de los hombres, y tambien al sentido de la muerte.

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